jueves, 30 de diciembre de 2010

LEY DE LA ATRACCION - ¿Objetivos incumplidos?

Termina el año y uno se plantea como le fue. Y en general a causa de la mentalidad exitista de la sociedad, tanto si ese año fue malo o relativamente bueno, el resultado es considerar que no se cumplieron los objetivos.

El ser humano siempre considera que fue un buen año si es que le fue realmente muy bien, lamentablemente no existen (por error, por cierto) las escalas intermedias.

O fue un muy buen año o el peor de todos.

Si miramos en retrospectiva veremos que fueron más los años que consideramos malos, que los buenos y con mayor razón si uno vive en países que están con vaivenes económicos continuamente (hoy hasta pasa en EEUU y Europa).

Entonces ¿a dónde quiero llegar con este preámbulo?.

Las personas que consideraron el año trascurrido como malo, dicen borrón y cuenta nueva. Y esto estaría bien desde el punto de vista de no seguir sumidos en los fracasos pasados, pero lamentablemente cuando se dice ello, también se está diciendo:

“Me olvido de las enseñanzas de dichas adversidades”

Ya he comentado en anteriores artículos, que los inconvenientes los atraemos por nuestros pensamientos o acciones negativas del pasado.

Y esos problemas desde un punto de vista pragmático (no hay que saber de la ley de la atracción para ello) se sabe que se solucionan más rápidamente o por lo menos se disminuyen sus perjuicios, cuanto antes los enfrentemos y analicemos sus posibles soluciones.

Sin embargo aquí vengo a considerar no el problema en sí ni su solución, sino el mensaje o enseñanza que éste trae en forma encubierta, que va más allá de no volver a cometer el mismo error en el futuro.

Me estoy refiriendo a esos “mensajes” (ver el artículo que trata sobre el tema) que nos estarán indicando cuál es el siguiente paso que debemos dar. Y para ello debemos mirar a “ese problema” en forma calma y pensativa y preguntarnos:

¿Qué enseñanza o mensaje escondido tiene que debo saber interpretar?

En la medida que nos hagamos esa pregunta continuamente ante cada adversidad, irán por práctica, apareciendo esos mensajes he iremos aprendiendo a interpretarlos.

Entonces aquí está la importancia de no hacer lo que todos realizamos cuando termina un año malo y decimos, borrón y cuenta nueva.

Debemos considerar que cada problema que hemos tenido, independientemente de entender si lo merecemos o no, trae consigo la semilla de nuestro próximo éxito.

Cuanto más grande fue nuestra adversidad, mayor será el próximo éxito; si aprendemos a seguir los indicios que sus mensajes encubiertos contienen.

Así es que ante objetivos incumplidos, debemos más allá de analizar cuál fue nuestro error “terrenal”, repreguntarnos continuamente qué nos quiso decir con ello el Universo.

Nada pasa porque sí, todo tiene un sentido y siempre será para enseñarnos cuál es el mejor camino que debemos tomar para dirigirnos hacia la concreción de nuestros deseos.

Pero para ello como dije, debemos mirar siempre los problemas como un vaso medio lleno y no al revés.

Si lo anterior ¿es fácil?, por supuesto que no; es todo un proceso de aprendizaje que implica un cambio gradual de mentalidad. Una mentalidad de tratar a un problema dentro de su propia adversidad como algo positivo y no negativo.

Es el actuar con pensamientos positivos. Cuanto más pensamientos positivos tengamos, cuanto más contrarrestemos los pensamientos negativos con sus opuestos, cuanto antes desplacemos de nuestra mente, no las adversidades, sino los pensamientos negativos que acompañan a éstas, antes saldremos adelante.

A lo largo de mis artículos verán que unas veces lo logré, pero no en cambio en la mayoría de las ocasiones.

Porque ese es mi objetivo, ir aprendiendo con ustedes a la vez que voy investigando sobre esta materia.

Entonces este año que está por terminar en vez de considerarlo como un año malo, digamos:

Gracias Universo por permitirme aprender de mis adversidades.

¡Feliz 2011, …...y que sus mayores deseos se hagan realidad.!

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

LEY DE LA ATRACCION - ¿Feliz Navidad?

Porqué comienzo con un título pesimista dirán ustedes; porque para buscar la felicidad primero hay que entender de dónde viene la infelicidad y de esa manera evitar que ésta última aparezca.

Es decir para no dejar que el enemigo nos venza, primero debemos reconocerlo y entender sus armas y tácticas.

Entonces aquí haré dos tipos de análisis de porqué inicialmente la Navidad resulta infeliz para muchas personas:

Causa primera: Según estadísticas esta fecha es donde se producen mayores índices de intentos de suicidios, porque para algunas personas en este momento del año ven acentuados esos “dolores”, como ser el recuerdo de la pérdida de un familiar, el no haber formado una familia, problemas económicos, etc. (fuente: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/251158.aumentan-suicidios-durante-la-navidad.html)

Causa segunda: Si bien la mayoría no se va a suicidar, si en cambio en dichas fiestas las personas muchas de las veces se deben reunir (como si fuese una obligación moral) con familiares que no se ven durante todo el año, porque es mejor perderlos que encontrarlos.

Es decir, si uno empieza a hablar con amigos y conocidos verán que si no se está peleado con el abuelo, es el tío; sino con el primo es con el hermano, pero siempre habrá un familiar donde el “diablo” metió la cola y que si no es en una fiesta de este año será en la que viene donde uno se tendrá que reunir con “esa persona” y a las 12 de la noche brindar con la misma con la mejor sonrisa falsa que se pueda crear, para de esa manera no quedar mal con el resto de los familiares.

Muchos dirán para qué cornos existirán estas fiestas, porque las mismas les traen más disgustos que lo que tendría que ser el placer de festejar el natalicio de Jesús.

Ahora, ¿porqué sucede esto?. Muchos responderán porque la gente es jodida. Y yo les diría está bien, pero hay que mirar más profundo y encontrar la verdadera razón.

Debemos reconocer que el enemigo aquí, tanto en las personas que se encuentran solas como las que se reúnen con familiares que muestran sonrisas falsas es el mismo: Nuestro propio Ego.

Para entender mejor esto analicemos que representa en realidad con la ley de la atracción la Navidad.

Como he dicho a lo largo de los artículos que ya he escrito, Jesús es el maestro número uno de metafísica, quién vino con su ejemplo a dejar las enseñanzas de como debemos comportarnos (mentalmente con nuestros pensamientos) para aprender a obtener lo mejor que deseemos y que por derecho Divino nos pertenece.

Y entre esa enseñanzas una de las principales es que espiritualmente hablando, todos somos uno y desde la separación con Dios (por el pecado original), es que estamos tratando de volver a ÉL, reconociendo que no somos individuos independientes y separados (aunque esta irrealidad terrenal nos muestre lo contrario).

Y esta fecha de la Navidad es cuando por un día pareciera que todos se quisieran poner de acuerdo en ello: En ser Uno.

Pero por contrapartida de ello, nuestro Ego tratará de acentuar dicha separación haciendo que se acerquen a nosotros esas personas que no soportamos por la razón que fuera; como a otras les hará recordar su falta de éxito en lo económico o en lo sentimental o sencillamente en lo social.

En definitiva no son esas personas jodidas o nuestras adversidades nuestros enemigos, sino los pensamientos negativos que nuestro Ego nos envía ante cada oportunidad que tiene.

Y la forma de contrarrestar esos pensamientos negativos, es oponerles sus equivalentes positivos; diciéndonos: Esto sucede porque en esta fecha estoy más cerca de la verdad y no me dejaré embaucar por ese maldito Ego.

Pero algunos dirán, pero cómo pensar bien ante tantas cosas negativas que nos persiguen.

Si uno esta haciendo las cosas bien, como dije en el último artículo que escribí, hay que tener la paciencia necesaria para saber esperar el momento en que el Universo sabrá responder a nuestras necesidades.

Ahora, cómo evitamos que la impaciencia aparezca o nos domine. En primer lugar es entender que nuestra vida terrenal es una irrealidad mental que forma sólo una pequeñísima parte de nuestra existencia espiritual, que puede ser de miles de años en cada uno.

Para entender lo anterior, es como decir que nuestra vida física es como un hechizo que nos hicieron desde el momento en que nacimos, y que éste perderá su poder una vez que encontremos ese “amor verdadero”, que significa entender y comprender lo que debemos hacer con las enseñanzas que nos dejo Jesucristo por medio de las parábolas; las cuales hay que aprender a leerlas no textualmente, sino de la forma en que voy diciéndolo a lo largo de mis exposiciones.

Esas “traducciones” que he hecho son sólo una parte muy pequeña, pero que me sirve para ir aprendiendo cada vez más sobre este tema, junto con la ayuda desinteresada de otros lectores que están tras el mismo objetivo.

Por eso, si para esta fecha se sienten solos, abatidos, cascoteados por el entorno, levanten la cabeza y miren la luz que hay al final del camino y digan a su Ego: No me vas a vencer maldito y luego griten al cielo:

¡Feliz Navidad!

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

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jueves, 16 de diciembre de 2010

LEY DE LA ATRACCION - Tener paciencia

A través de la investigación que voy haciendo, he ido relatando una serie de pasos que debemos ejecutar paulatinamente para poder ejercer a nuestro libre albedrío el poder de la ley de la atracción.

Y dentro de esos pasos que se deben dar luego de pasar por una serie de etapas en nuestra evolución espiritual (ver el artículo “Entenderla y no comprenderla”), veremos como hace su aparición “la paciencia”, que más que un paso es un estado del ser, porque no se limita a un momento en particular, sino que se prolonga en el tiempo.

Ya he comentado que uno de los últimos pasos es el desapego (ver el artículo “El desapego”), que es donde uno ya realizó el pedido al Universo y se desentiende del mismo, no porque se olvide, sino para dejar el trabajo final en manos de Dios; mientras que a nosotros sólo nos queda esperar el momento en el cual se cumplirá nuestro deseo.

Pero ese desapego debe ir acompañado de nuestra parte con la aplicación de la paciencia, porque de lo contrario por más que hayamos hecho todos los demás pasos bien, si mostramos impaciencia estaremos flaqueando en nuestra fe.

Paciencia en saber que vendrá sí o sí a nosotros, aún cuando no sepamos el momento preciso ni de que forma o por medio de que vías o personas se materializará dicho pedido.

Pero antes de continuar, citaré algunos versículos de la Biblia que tratan sobre la paciencia:

Según el Evangelio dice en Romanos 5,3-5:

3- Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia,

4- que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza,

5- la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.


Según el Evangelio dice en Galatas 5, 22-23:

22- En cambio, el fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad,

23- mansedumbre y dominio de sí mismo. Estas son cosas que no condena ninguna Ley.


Según el Evangelio dice en Santiago 5,7-8:

7- Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha aguardado desde las primeras lluvias hasta las tardías.

8- Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca.


Según el Evangelio dice en Hebreos 10,36-37:

36- Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que consigan su promesa.

37- Acuérdense: dentro de poco, muy poquito tiempo, el que ha de venir llegará; no tardará.

38- Mi justo, si cree, vivirá; pero si desconfía, ya no lo miraré con amor.


Luego de leer estos versículos verán como ese “rompecabezas” (como yo llamo a veces a la ley de la atracción) empieza a armarse y a encajar naturalmente cada pieza.

Desde el comienzo he dicho que el secreto en todo está por tener en primer lugar una mentalidad positiva, para de esa manera tener sólo pensamientos positivos, o reemplazar los negativos inmediatamente por sus equivalentes opuestos.

Y la paciencia vendría a evitar el nacimiento de pensamientos negativos al no desmoralizarnos ante el “atraso” en la materialización de nuestros pedidos.

Ahora, ¿porqué hablo de la paciencia?. Porque este tema me llegó por medio de un mensaje (ver el artículo “mensajes y comunicaciones). A continuación desarrollaré dicha experiencia para luego analizar sus componentes:

La semana pasada iba manejando acompañado de mi esposa por la Av. J.B. Justo (ésta está compuesta por una doble mano de tres carriles cada una y separadas en el medio por un cordón-cantero).

Cuando estaba por llegar a la bocacalle (yo iba por el carril de la izquierda) veo que en el carril del medio estaban detenidos dos autos que habían chocado, por lo menos diez minutos antes (se ve que el auto de adelante había frenado por el semáforo y el de atrás se lo había llevado puesto).

Y si bien el semáforo me permitía continuar detuve mi marcha, porque “justo en ese instante”, por la mano contraría venía una ambulancia con el guiñe puesto para doblar hacia donde yo estaba.

Ahí me daría cuenta que el chófer del auto causante del choque (el de atrás), le sangraba la frente por golpearse contra el parabrisas (por no usar el cinturón de seguridad).

El tema es que, la ambulancia se detiene frente al auto chocado, pero invadiendo parte de mi carril, de tal forma que por sólo 20 cm yo no podía continuar mi marcha.

Es decir, estaba atrapado entre los autos chocados, la ambulancia, el cordón y los dos autos que estaban detrás mio y que no retrocedían como sí habían hecho los demás automovilistas para esquivar el choque y continuar por el tercer carril (el de la derecha).

Como el accidente no era grave, llevaron al accidentado caminando hasta la ambulancia para hacerle las curaciones ahí mismo; por lo tanto habían pasado ya 10 minutos y por lo que veía tenían para largo; mientras los dos autos de atrás seguían como panchos por su casa.

Ante está situación me bajé y fui hasta el tercer auto que estaba detrás mio y le pedí por favor que hiciera marcha atrás, así podíamos salir los dos que nos habíamos quedado inmovilizados.

De esta manera pude continuar mi viaje; sin embargo unas quince cuadras más adelante pareciera que el Universo me dijo:

Así qué eres duro de entender, tomá aquí te va esta otra.

Y cuando giré sobre la lateral, a la cuadra me encontré con un camión que estaba atravesado sobre la calle tratando de entrar a un galpón, y que ¡oh coincidencia!, no me permitía el paso.

En ese momento me di cuenta que las dos situaciones con las que me había cruzado eran un mensaje, y a diferencia de la primera que al comienzo me había ofuscado un poco, en ésta, al darme cuenta de que el Universo me estaba hablando a su manera, no me molestó en lo absoluto, aún si hubiera tenido que esperar media hora.

Sin embargo le dije a mi esposa, qué querrá decirnos el Universo con este mensaje. Y en ese momento por fin “caí” y me di cuenta, cuando mi señora me contestó:

Tal vez nos esté diciendo que debemos ser pacientes.

Y éste es un ejemplo de como reconocer los mensajes (por una coincidencia), sin embargo interpretar ese mismo mensaje ya no es tan fácil. Si no fuera por mi esposa, por ahí yo solo no me hubiera dado cuenta.

Y a continuación (luego de haber entendido el mensaje) pasó algo que no es común: El camionero como no había maniobrado bien y no podía ingresar al galpón, fue hasta la esquina que estaba a unos 20 mts (era una calle angosta) y con el brazo me hizo señas de que pasara, para luego volver a intentar la maniobra.

En este caso como sí había entendido el mensaje, no tuve que esperar más de un minuto y el camionero se portó como un señor.

Ahora volvamos al primer mensaje (el del choque) y analicemos el mismo:

1- Por 2 segundos quedé atrapado por la ambulancia.
2- Por 20 cm quedé atrapado por la ambulancia.
3- Eramos tres los autos inmovilizados. Respecto a esto recuerden las tres etapas que mal he llamado negativas, que preceden a la cuarta etapa que es cuando uno aprende a aplicar correctamente la ley de la atracción; ya que lo correcto sería llamar a estas tres etapas, de aprendizaje.

Y digo lo anterior porque esos tres autos estábamos en ese momento representando las tres etapas.

Pareciera como si el Universo me dijera: Estás al final de la tercer etapa, pero te falta todavía aplicar la paciencia; por muy, muy poco, no pudiste pasar.

El Universo siempre se encargará de hacer coincidir sucesos y personas que se nos crucen en nuestro camino para hacernos llegar esos mensajes que necesitamos; sin embargo permítanme (más como novelista que como investigador), combinando el suspenso con la comedia, auto-preguntarme:

¿Cómo se llamaría ese camionero que de espaldas, sacando el brazo por la ventanilla, me hizo señas con la mano para que continuara?

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

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jueves, 9 de diciembre de 2010

LEY DE LA ATRACCION - ¡Vamos Peñarol!

Para que entiendan el título de este artículo debo aclarar que Peñarol es el mejor equipo de básquetbol de la ciudad de Mar del Plata y el último Campeón Nacional y Bicampeón de América.

Entonces previo a adentrarme al concepto que voy a tratar en esta ocasión, les relataré una experiencia que me dejó una enseñanza importante y que está íntimamente relacionado con los temas que vengo tratando en mis últimos escritos.

Hacia tiempo que mi hijo quería ir a ver un partido profesional de básquetbol y en la escuela una vez al mes dejaban del Club Peñarol entradas gratis para aquellos chicos que vayan acompañados a ver el partido de un adulto (el que sí tiene que pagar la entrada).

O sea, al no ser amplia la afluencia de gente que va a ver estos partidos, ésta es una manera de realizar más ventas de boletos, a la vez que fomentan el deporte incentivando a las familias a concurrir.

Así fue que que este pasado 1º de diciembre de 2010 fuimos al partido (Peñarol vs. Argentinos de Junín) acompañados de un amigo de mi hijo.

Al entrar al Estadio Polideportivo a los chicos les hacían llenar un cupón para un sorteo (es una forma de hacer estadísticas de que colegio provienen los menores para así después llevar entradas de promoción a dichas escuelas).

La cuestión es que durante el descanso tras el segundo cuarto, el locutor del estadio empezó a realizar el sorteo y cuando daba el nombre del segundo ganador que sacaba de la urna, recién en ese momento me percaté que estaban realizando el sorteo.

Yo como estaba hablando con mi hijo escuchaba en forma entrecortada lo que el locutor decía, entonces me había perdido el anuncio de que era lo que sorteaban, pero al darme cuenta que el sorteo estaba en proceso (sólo habría 4 ganadores) en ese preciso momento desee que mi hijo fuera el siguiente elegido y a continuación a mi hijo (después me lo contaría) le temblaron las piernas de emoción al escuchar como pronunciaban su nombre por los parlantes del estadio; había resultado el tercer ganador.

Cuando terminó el sorteo volvió el locutor a decir los premios: Una pelota nueva de basquet profesional para cada afortunado).

Es decir mi hijo se ganó lo que hacía semanas me estaba pidiendo (recién este año empezó a  ir aprender a jugar al basquet) y quería su pelota nueva.

Ahí fui que me di cuenta de que el experimento que antes había fracasado, ahora daba resultados positivos (ver el artículo titulado “El experimento”).

Y se firmemente que lo que hice esa noche fue acompañar el deseo que era de mi hijo, haciéndolo también mío. Si hubiese sido sólo suficiente el deseo de él, hubiera ganado durante los dos primeros cupones que sacaron; sin embargo salió ganador justo cuando yo formulé también mi deseo.

O sea, esa noche fui parte de un experimento que yo no me había propuesto; el Universo con ello me dijo: Pibe el experimento para que funcione se hace así:

No hay que querer que la otra persona acompañe nuestro deseo; sino que uno debe acompañar el deseo del otro sin que éste lo sepa.

Que es lo que en cierta forma llego a la conclusión en el artículo que titulé “El experimento”.

Y lo más destacado es que cuando pronuncié mi deseo, en ese momento ni me acordé de la ley de la atracción, no pronuncié Yo Soy, no agradecí por anticipado, (salvo que dos horas antes del partido, sin acordarme tampoco de la ley de la atracción, visualicé a mi hijo ganándose un premio pero de una forma totalmente diferente a la que resultó).

Por lo tanto, en ese momento lo único que hice es pedir con emoción el deseo, nada más, salvo por supuesto que hecho en conjunto (sin saberlo) con mi hijo.

Ahora paso a enumerar ciertas coincidencias (con la presencia del número 7) que percibí después de terminado el partido:

Peñarol le ganó a Argentinos de Junín 107 a 77 (esto lo relaciono como si el marcador digiera 1 = 777).

Yo hace tiempo que me vengo preguntando si 6 representa al hombre y 666 a la bestia; 7 es la perfección (de Dios), entonces 777 ¿a quién representa?, no a Dios porque para eso está el 1, tampoco la Trinidad, que es el 3.

En definitiva mi intuición me dice que 777 representa la perfección de "La Palabra".

Y veamos como aparecen a continuación otra vez los 7:

Como dije el día del partido fue el 1 / 12 / 2010, que sumando todos sus dígitos hasta reducirlo a uno sólo da = 7

El boleto que pagué estaba numerado con el 844, que sumando todos sus dígitos hasta reducirlo a uno sólo da también = 7

Es decir, ese como si ese día el Universo me dijo: La Palabra es perfecta y en ella está toda la sabiduría que estamos buscando.

Y aquí es donde empieza a tener sentido cuando en la Biblia dice Jesús según el Evangelio de San Mateo (22,37-40):

37- Jesús le dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.

38- Este es el gran mandamiento, el primero.

39- Pero hay otro muy parecido: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

40- Toda la Ley y los Profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.”

Hasta ahora uno entendía y era fácil practicar el primer mandamiento, porque amar a Dios es entre otras cosas reconocer que Él está en nosotros y su poder también. Sin embargo practicar “amar al prójimo”, ya no es tan sencillo.

Pero volviendo un poco a las premisas a que llegué en el artículo titulado “El experimento” y continuando con las mismas, puedo decir que:

1º PREMISA: Nuestros objetivos los conseguimos siempre con la ayuda de otra/s personas (según el Evangelio de San Mateo en 18,19-20).

2º PREMISA: Yo interpreto que cuando dice que “dos de ustedes se ponen de acuerdo”, no se está refiriendo a las personas físicas, sino al espíritu de cada uno.

3º PREMISA: En la medida que reconozcamos que necesitamos (solicitándolo por medio de nuestro espíritu) ayuda de los demás, estaremos reconociendo que todos somos uno y a partir de ahí ver que no somos nuestro “Ego”, sino un conjunto de espíritus que se ayudan entre sí (la consciencia colectiva).

4º PREMISA: No hay que querer que la otra persona acompañe nuestro deseo; sino que uno debe acompañar el deseo del otro sin que éste lo sepa (para no pretender recibir algo a cambio).

Esta última premisa que estimo debe de ser la más importante en esta sucesión de acciones, es fácil de entender (ayudar a los demás con sus deseos); pero ustedes se pueden preguntar a igual que yo:

¿Cómo hacer para que los demás nos ayuden a nosotros si no se lo podemos pedir literalmente, sin considerar a esta acción como una permuta o negocio, donde uno le dice al otro: yo te ayudo ahora y después tú me ayudas a mí?.

Yo creo que el tema pasa por ayudar a cualquiera y luego la “conciencia colectiva” en recompensa por nuestra acción, hará que otras personas (incluso que no conozcamos) aparezcan en nuestra vida para cumplir nuestros deseos.

Pero lo anterior por ahora es sólo una hipótesis. Así que para comprobar su premisa voy a realizar un segundo experimento con quienes deseen cooperar participando del mismo.

El objetivo es que el que quiera me puede mandar por mail a waltergenga@yahoo.com.ar su intensión de que yo lo acompañe en su deseo; no teniendo importancia que dicho deseo sea espiritual o netamente material (salvo por supuesto, que en todos los casos dicho deseo no perjudique a otra persona).

Pero ¡atención!, si se comunican no deberán indicarme cuál es el deseo (sólo la intención de que tienen un deseo a cumplir), porque de lo contrario al no mantenerlo en secreto (no se exactamente como funciona) de alguna manera se generan energías negativas por mi Ego o del Ego de quien confesó el deseo, que hace abortar su concreción antes de empezar a formarse el mismo.

Por otro lado, en el caso que sus deseos se cumplan (y con mayor razón si les trae un beneficio económico), les prohíbo que me quieran recompensar con una parte de la ganancia que pudieron haber obtenido. ¿Porqué se preguntarán ustedes?.

Porque yo no debo recibir ayuda de quien ayudo, sino por medio (como ya lo dije) de otras personas que serán guiadas hacia mi por la conciencia colectiva.

Por lo tanto, si hubiera alguien a quien el experimento le dio resultados y quisiera darme “algo” a cambio, en vez de ayudarme me estaría perjudicando, ya que me estaría reduciendo considerablemente el premio mayor qué seguramente me estaría preparando el Universo.

Entonces cuando se dirijan a mi para dicho experimento, para identificar correctamente al solicitante, además de la intención del cumplimiento de su deseo (recuerden sin especificar cuál es el deseo), deberán enviarme su nombre completo, ciudad y país actual de residencia.

Verificando así si mi hipótesis es correcta. De tal forma que con el éxito de ustedes yo obtenga por “reacción” el cumplimiento de mis propios deseos y de esta manera se cumpla con lo que dijo Jesucristo:

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

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jueves, 2 de diciembre de 2010

LEY DE LA ATRACCION - Los tres pasos

Cada vez me resulta más difícil titular mis artículos, porque cuando me pongo a escribir veo que los post ya publicados con anterioridad vuelven al presente al darme cuenta de como se interelacionan entre ellos, dejándome en lo personal más aprendizajes al verlos en el tiempo ya no sólo en forma individual, sino formando un conjunto cada vez más sólido.

Entonces desde esa posición que yo me planteo, como estudiante e investigador a la vez, de lo que hoy por marketing se hace llamar Ley de la Atracción (el nombre en sí es lo menos importante), es que vengo a presentar una hipótesis de como hacer para que funcione esta Ley exclusivamente con resultados positivos para con nosotros.

Como dije en el anterior artículo, formular nuestro deseo es la parte fácil y desde ese mismo momento Dios ya nos lo concedió, previo a utilizar ciertos ingredientes que todos ya conocemos: la humildad, la fe (luego de limpiar nuestra mente de las limitaciones que la sociedad nos inculcó de chicos), la gratitud, la perseverancia, el desapego y algún otro que me pueda estar olvidando (algunos podrán decir que son más o menos).

Pero en definitiva esa primer parte es la fácil y por lo cual los que no creen en la ley de la atracción la critican diciendo que es para criar inútiles y vagos.

Ahora, ¿vagos somos los qué practicamos la ley de la atracción o vagos son los que la critican quedándose en lo superficial de su definición, sin ponerse a leer con detenimiento cuál es su filosofía de fondo?

Porque como dije al principio la primer parte es la fácil, pero por más que nos pongamos un objetivo de conseguir a modo de ejemplo algo “material”, esto no vendrá así porque sí sin que hagamos primero nuestro trabajo.

¿Y cuál es o cuál debe ser ese trabajo?. Pues es la realización de lo que yo denomino los tres pasos, que en esta ocasión vengo a hablar de ellos en conjunto, pero en realidad por medio de anteriores artículos ya he hablado de ellos en forma independiente.

A continuación los enumero.

Punto 1- Encarar a los problemas no como maldiciones, sino como bendiciones.

Punto 2- Anular los pensamientos negativos que esos mismos problemas nos traerán.

Punto 3- Y a partir del cumplimiento de los dos puntos anteriores estaremos preparados en primer término para recibir los mensajes y comunicaciones que el Universo nos envíe y en segundo lugar a interpretarlos para saber cuál es el siguiente paso que debemos dar.

Entonces antes de continuar analicemos un poco estos puntos en su desarrollo lineal.

Cuando uno pronuncia la palabra problema, automáticamente se amarga, sea del nivel que sea este inconveniente que se nos está presentando.

Aquí no tiene mucha importancia si ese problema que se nos aparece es consecuencia del Karma que arrastramos de vidas anteriores o es por la reacción a un acto o pensamiento negativo que tuvimos con anterioridad.

Es decir, sin querer descifrar el peso específico de ese problema, ahí está y nos molesta.

Y toda la literatura que hace referencia a esto dice lo mismo: Todo problema (que por tal lo consideramos como un fracaso) trae consigo el germen de nuestro próximo éxito y de mucha mayor magnitud que este último problema o fracaso.

Ahora ustedes (yo les hablo siempre a los que creen y que igual que yo queremos entender mejor dicha ley) me dirán, está bien pero, ¿cómo podemos poner una sonrisa ante un problema?.

No es fácil por supuesto, a mi también me cuesta, pero tampoco tiene por que ser difícil. Yo en lo particular poco a poco voy logrando ese cambio de mentalidad que es necesaria.

Par entender lo anterior voy a graficar un problema que a todos nos ha pasado y nos sigue pasando cada tanto y cómo yo he cambiado mi actitud ante este problema con el correr del tiempo.

Me estoy refiriendo a algo sencillo y tonto, pero que seguramente cuando se les presenta lo primero que hacen es mandarse una puteada y decir para sus adentros: ¡Pero que idiota, cómo me fui a olvidar!.

Aquí estoy citando el caso cuando uno sale apurado de su casa, sea caminando o en auto, va hasta el Banco que está a unas 20 cuadras de donde partieron y cuando llegan se dan cuenta que se olvidaron de llevar consigo la boleta con la cual debían hacer el pago.

Bien, ahora les voy a contar como fui evolucionando ante esa actitud negativa y la óptima que debemos tener.

Cuando no conocía la ley de la atracción, simplemente puteaba, es decir había perdido, por una vez cada tanto que pueda suceder, cuánto ¿20 minutos?, ¿media hora?. Es decir si lo vemos en un año de vida perdemos tiempo en tantas pavadas, que perderlo en eso no tiene ninguna importancia; sin embargo me hacia problema.

Con el tiempo (ya conociendo sobre la ley de la atracción) cuando me sucedía algo parecido, primero puteaba, luego inmediatamente me decía: algo bueno va a venir después.

Y ahora con un poco más de experiencia poco a poco, por lo menos en los pequeños problemas, cuando aparecen me digo: ¿qué me estará preparando el Universo? y trato a continuación de entender porqué me sucedió ello, donde está ese beneficio que en ese primer momento no soy capaz de interpretar y ya no me molesto conmigo mismo.

Ahora con este ejemplo tal vez exageré un poco el sentido u objetivo de todo esto; porque por más positivo que se sea, en problemas más grandes o que el mismo implica una pérdida económica, la puteada igual va existir; como por ejemplo romper el pantalón recién comprado por sentarse en una silla que tenía una saliente y en donde uno se enganchó dicha prenda de vestir.

Entonces, ¿a qué quiero llegar con esto?. Cuando nos aparece ese problema, si bien por ahí no podemos poner una sonrisa como si fuéramos unos idiotas que no nos hacemos problema por nada; si debemos tan rápido como sea posible transformar esa molestia o bronca en un pensamiento positivo.

¿Y qué beneficio nos trae ello?. Pues al no tener pensamientos negativos porque los reemplazamos por los positivos, podemos mantener nuestra mente en calma, y con este estado mental por lógica podemos estar más sensitivos a la presencia de los mensajes que el Universo nos envía.

En definitiva ¿qué nos representan estos tres puntos que les enumeré más arriba?. Veamos:

El considerar a un problema como si fuera una bendición (ver el artículo titulado “El trabajo encubierto) es reconocer el Yo soy (a Dios) que está dentro nuestro y por lo tanto es aceptar que detrás de cada problema está Él para tendernos la mano.

Y para recibir esa ayuda sólo tenemos que pedírselo con el siguiente paso, que es reemplazando inmediatamente esos pensamientos negativos por los pensamientos positivos; aquí es donde actúa lo que en la Biblia se denomina la segunda venida de Cristo (ver el artículo titulado “El apocalipsis”).

Y finalmente y en forma paulatina, en la medida que nuestro cambio de mentalidad sea más continúo en el tiempo, nos permitirá quitar ese velo de la irrealidad que vivimos diariamente y empezar a captar con mayor facilidad esos mensajes y a interpretarlos (ver el artículo titulado “Mensajes y comunicaciones”).

Siendo entonces éste el objetivo primordial de este proceso, dejarnos guiar por estos mensajes, para que por medio de nuestra intuición sepamos dar esos pasos que nos permitan hacer grandes negocios por cruzarnos con las personas correctas en los momentos precisos.

Las personas ricas, la mayoría van de éxito en éxito, no porque tengan dinero, sino porque saben y supieron desde que iniciaron sus empresas, en tomar las decisiones acertadas, porque el denominador común en este tipo de personas es (sepan o no de la ley de la atracción) que se manejan siempre con una mentalidad positiva, que les hacer dejar de lado los problemas y se concentran inmediatamente en las soluciones.

Por lo tanto si ser vago significa que de los diez caminos que podemos tomar todos los días, por aprender a escuchar “esos mensajes”, es decidirse por el sendero que nos hará llegar al éxito, entonces yo soy un vago.

¿Porqué personas con la misma o menos capacidad que nosotros triunfan en un mismo trabajo; o porqué esa persona supo elegir un trabajo que le dio muchos mejores resultados que el trabajo que elegimos nosotros?.

Si a ti te dieran la posibilidad de elegir cada día el mejor camino ¿no lo elegirías?.

Pues la ley de la atracción, por medio de los mensajes que el Universo nos envía está haciendo ello.

Pero ¡ojo!, para entender esos mensajes hay que laburar mucho hasta aprender a verlos e interpretarlos.

Los vagos tanto de un lado como del otro, por favor abstenerse de leer el presente artículo; gracias.

A partir de ahora y de aquí en adelante la verdad de la “Palabra” empieza a develarse, el que quiera entender que entienda.

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.