lunes, 1 de febrero de 2010

LEY DE LA ATRACCION - ¿Dios es ateo?

No podrán negar que el título que puse para este artículo tiene gancho. Ahora bien ¿porqué hice esto?.

En mis últimos artículos hablé de Dios, Cristo y la Biblia y eso puede resultar como subjetivo para quien no acepta las creencias cristianas porque pertenece a otra religión o incluso porque sea ateo.

Entonces con mí título trate de atraer a aquellas personas que buscan por medio de Google artículos que traten sobre la ley de la atracción sin un costado tan “cristiano”, lo cual les resulta “chocante”, ya sea porque pertenecen a otras religiones o como dije más arriba, porque directamente son ateos.

Pero ojo no malinterpreten lo que quiero transmitir, mi objetivo no es quedar bien con todo el mundo, sino permitir que las enseñanzas de la ley de la atracción lleguen a todos, sin querer pretender ni creer mucho menos que el cristianismo tiene la primicia del “secreto”.

Después de todo yo mismo tuve que dejar de lado las creencias tal cual me las inculcaron de chico, porque fui verificando con mis propias experiencias la falsedad en algunos casos, o principalmente, la tergiversación de la palabra de la Biblia, haciéndonos creer cosas distintas de sus verdaderos significados, pero por sobre todo ocultándonos adrede el mensaje encubierto que la misma posee, por considerar durante siglos que la masa del pueblo era ignorante para obtener el “conocimiento” o directamente porque sabían que cuanto más tiempo y a mayor cantidad se la manteniese desinformada más fácil sería manejarlo (al pueblo) de la forma que quisieran.

Entonces, volviendo al objetivo de este artículo, yo uso la Biblia (tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento) no como un libro religioso sino como un manual de estudio para poder “doctorarse” en la ley de la atracción.

Los que profesan otras religiones podrán decir: ¿Cómo podremos creer en lo que dice la Biblia si sus testimonios provienen de Jesús o de sus discípulos?

Pues aquí es cuando les dijo lo que siempre vengo expresando: “Abran la mente” y empiecen a pensar con una mente creativa. Y para dar un ejemplo como acostumbro la mayoría de las veces, les vos a hacer la siguiente analogía:

Cuando ustedes se ponen a leer libros de distintos autores que tratan sobre la ley de la atracción, si sus enseñanzas les sirven, no van a dejarlas de lado porque su autor es musulmán, judío, protestante o de la religión que fuere; ni mucho menos van a cambiar de religión.

Entonces porque no tomar la lectura de la Biblia, o en su defecto las citas a que se refieren muchos autores cuando quieren verter las enseñanzas, para poder ejecutar exitosamente la ley de la atracción.

El hecho de que Jesús sea para muchos el hijo de Dios no quiere decir que como estudiantes de esta “Ley” lo dejemos de lado si sus palabras dan resultado.

A lo que me refiero es que a Jesús y a quienes escribieron la Biblia los debemos considerar como autores del libro más famoso del mundo, pero en definitiva para nuestro objetivo no dejan de ser autores.

Por lo tanto que importa si uno no cree, ya sea lo que dice una mayoría de que es el hijo de Dios, o no creen en lo que dice el resto de que era sólo un hombre. En definitiva que cambia para lo que nosotros pretendemos si Jesús era sólo un hippie barbudo.

¿Comprenden lo que quiero transmitir?

Lo que digo es: dejen de lado las connotaciones religiosas y fíjense en la cuestión de fondo.

¿Jesús es el mejor autor que trata sobre la ley de la atracción?

Sí, entonces aprendan de dichas enseñanzas y olvídense del resto, sin que por esto deban cambiar sus creencias religiosas o faltas de ellas si fuera el caso de que son ateos.

Y esto que digo se da también a la inversa, porque hay lecturas de libros sagrados de otras religiones, como por ejemplo las de medio oriente, que tienen también enseñanzas importantes que se asimilan a los conceptos de la ley de la atracción.

Entonces definiendo el objetivo de este artículo: Lo importante es encontrar las enseñanzas que nos ayuden a cumplir nuestros deseos por medio de la ley de la atracción, de quien provengan estas enseñanzas no tiene importancia, en la medida que primero por nuestra lectura objetiva y luego por nuestras propias experiencias vayamos verificando su veracidad.

Es decir lo que siempre repito, no se dejen llevar por lo que los demás ni yo mismo digan. Lean, investiguen, estudien y verifiquen cada párrafo que se les dice como verdad, para poder analizar detenidamente cada concepto nuevo que van aprendiendo y comprobar lo cierto de sus preceptos.

Y para terminar de redondear el concepto que estoy transmitiendo voy a plantear otra analogía, en este caso futbolera:

En todos los países hay ligas de fútbol de por ejemplo 30 equipos y en cada uno de esos países hay personas que por proximidad, cariño, simpatía o por la razón que fuere se hace hincha de un equipo u otro.

Hay veces que triunfa un equipo (una religión) y otras veces el campeonato lo gana otro y eso no quiere decir que la verdad del fútbol lo tenga ese equipo que ese año salió campeón, ni aún aquel que más veces haya ganado el mismo trofeo.

Y por otro lado están las personas que no les gusta el fútbol para nada y no son simpatizantes de ningún equipo (los ateos). Y esto no quiere decir que por esa razón van a negar las leyes que están escritas y que rigen al fútbol (ley de la atracción).
Concluyendo con la idea, hay distintas religiones, ninguna tiene la verdad absoluta, todas tienen un trozo de esa verdad, porque todos somos parte de Dios y en definitiva por distintos caminos buscamos llegar a Él.

Obviamente que Dios no es un viejo barbudo y panzón y todo poderoso, entonces que exista de una forma u otra (según como lo imaginemos) no tiene importancia.

Que Dios sea una bola de energía pura, tal vez, quien lo sabe. Lo que sí es cierto porque la ley de la atracción así lo verifica es que todas las personas somos una parte de un todo y que fuimos hecho a semejanza de Dios, no porque Él se nos parezca en la cara, sino porque nuestra mente es una parte de su mente y por lo tanto tenemos el mismo poder que Él, porque en definitiva somos Él.

A lo que voy para principalmente darles una base de entendimiento a los ateos, es que no importa de quien venga ese poder, ya sea que lo llamemos Dios, Universo, Naturaleza o como quieran llamarlo, ese “PODER” se materializa por la ejecución de una serie de leyes o preceptos que en su conjunto hoy se la conoce más como Ley de la Atracción.

Entonces, no importa a que religión pertenezcas o incluso si eres ateo, lo importante que debes saber es que la ley de la atracción funciona exactamente igual para todos, el que aprendas a ejecutar correctamente sus enseñanzas será el camino para poder cumplir todos tus deseos.

Así que ya sabes, lee todos los autores que quieras sin importar sus creencias personales, sólo ve verificando en tus propias experiencias si lo que expresan esos autores es correcto y en definitiva si ello te sirve en tu crecimiento y aprendizaje personal.

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.