lunes, 30 de noviembre de 2009

LEY DE LA ATRACCION - Sembrar para recoger

La gran mayoría de los seguidores de la ley de la atracción a los pocos meses de haber empezado a leer sobre esta materia, aún cuando creen en ella, terminan por abandonar sus deseos de conseguir lo que más pretenden, porque ven que no obtienen los resultados esperados.

¿Ahora bien, porqué sucede lo anterior?

Casi todos (yo me incluyo) cuando comenzamos a leer, lo primero que hacemos es a hacer afirmaciones (repetirlas como un loro), o a llenar cheques en blanco bajados por Internet, para dejarlos en la mesita de luz. Sin embargo ni el auto 0 KM, ni el dinero llegan.

¿Se sienten identificados?

Navegando por Internet he encontrado comentarios de personas que dicen que hacen más de un año que están realizando afirmaciones y visualizando lo que desean, sin embargo, siguen como al principio.

A esas personas les diría que por la actitud que están teniendo, podrán estar 10 años más haciendo lo mismo y el resultado seguirá siendo idéntico.

Con creer no alcanza, con saber que la ley de la atracción funciona no es suficiente, lo importante es la Fé que pongan en ello.

¿Y cómo materializamos la Fé?. No de la forma que nos enseñaron en las distintas religiones. Con sólo arrodillarse a rezar no van a conseguir nada (ojo no digo que no hagan esto último, es más, es muy importante pero usándolo como una forma de expresar nuestro agradecimiento a Dios por lo que nos va otorgando), a lo que me refiero es que la Fé se demuestra poniéndonos en acción constante.

Y aquí es donde relaciono el título de este artículo. Si queremos cosechar los frutos de nuestros deseos, debemos primero sembrar nuestro esfuerzo por querer conseguirlos, ya que de lo contrario pedir el deseo al “Universo” quedándonos con los brazos cruzados, es lo mismo que querer recoger los frutos sin haber tirado primero las semillas al suelo fértil.

En el anterior párrafo no exprese otra cosa que decir: Si desean algo, primero deben proponerse una “meta”.

Pero por otra parte con tirar las “semillas” al suelo no es suficiente, deben buscar primero que la tierra sea “fértil” y regar las semillas (vuestra meta) con dedicación y perseverancia “constante e inflexible” y que yo la denomino “perseverancia testaruda” (con este término quiero demostrar que la perseverancia que se debe emplear es la mayor que jamás hayan utilizado). En esta última frase radica uno de los ingredientes principales de esa fórmula mágica y “secreta” que permite que se cumpla para nuestro beneficio con la ley de la atracción.

Y para profundizar un poco más el concepto anterior de ser testarudos con la perseverancia que deben aplicar; es necesario entender que no deben paran en querer conseguir vuestra meta (por supuesto que debe estar bien planteada de entrada, ya que por más Fé que se tengan, si ponen una heladería en la Antártida no van a vender ni un sólo helado).

Por lo tanto ya saben, para obtener resultados se deben plantear una meta (sembrar) con perseverancia, tanto cuando nos este yendo bien en nuestro objetivo, como cuando circunstancialmente se nos presenten inconvenientes (tormentas pasajeras).

Cuanto más perseveremos, nuestra “siembra” más crecerá. Y cuanto más crezca más tiempo deberemos dedicarle, hasta que llegue el gran día de decir: “lo logré”.

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Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

lunes, 23 de noviembre de 2009

LEY DE LA ATRACCIÓN - YO SOY el que SOY

Para el que todavía no conoce el poder mágico que tienen las palabras YO SOY al pronunciarlas, les voy a explicar en primera instancia donde fue que se dijeron por primera vez con ese significado.

YO SOY es un nombre propio y es el sinónimo de JEHOVÁ o DIOS y fue Moisés quien lo escuchó en el monte Sinaí (aunque algunos historiadores coinciden en que fue más al norte en el monte Horeb, para más detalles consultar http://es.wikipedia.org/wiki/Mois%C3%A9s )

Fue en ese monte que Moisés se acercó a una zarza (arbusto) ardiente, de donde salían llamas, pero que sin embargo no quemaban a las ramas y fue ahí que Dios le llamó. Y ante este llamado Moisés preguntó quien me llama, y Dios respondió:

YO SOY el que SOY

Luego Dios le encomendó ahí a Moisés, que debía guiar al pueblo de los hebreos (de Egipto) a la tierra prometida. Esta historia ya es conocida, pero mi objetivo en este caso es hablar de esas “palabras mágicas”.

Ahora saben que significan esas palabras y que fueron dichas por Dios para darse a conocer el mismo.

Y a partir de aquí les empezaré a explicar su relación con la ley de la atracción.

Ya sabemos por esta “ley” y por la física cuántica, que no existe ni el pasado ni el futuro, sólo el presente, el ahora. Por lo tanto debemos vivir el hoy sin renegar del pasado, ni soñar o esperar el futuro para vivir mejor nuestras vidas.

Y Dios con esas palabras YO SOY, nos enseñó como debemos actuar en nuestra existencia. Por eso también se dice que Dios es verbo, porque es acción y palabra.

Por lo tanto cuando pronunciamos esas palabras anteponiéndolas a un adjetivo, estamos dándole más fuerza y potencia a dicha expresión que estamos formando. Porque al decirlo tanto consciente como inconscientemente, estamos reconociendo que Dios está dentro nuestro y que forma parte de nuestro cuerpo, como cada uno de nosotros somos a su vez una parte indivisible de Él.

Por esa razón hay que tener mucho cuidado al pronunciarlas, porque si las anteponemos a adjetivos negativos (Yo soy un fracasado, Yo soy un perdedor, etc) estaremos ordenándole a nuestro subconsciente que esa frase dicha al pasar, empiece a tomar fuerza no sólo en las palabras sino también en los hechos.

Y por otro lado si aprendemos a utilizarlas para anteponerlas a adjetivos positivos, estaremos facilitando lo que nos estamos proponiendo mentalmente.

Por ello la emoción que uno siente al decirnos a nosotros mismos Yo soy un ganador, Yo soy un triunfador. Porque aunque en el “presente” sepan que todavía no lo son, sienten al pronunciarlas un deseo tan grande de conseguirlo que terminarán por lograrlo, si cumplen las reglas de la ley de la atracción.

Por ello a quienes utilicen las afirmaciones para inducir al subconsciente que lo que están diciendo ya está cumplido (soy millonario, tengo mi auto nuevo, me entregaron mi casa, etc), entenderán que si anteponen a dichas afirmaciones las palabras Yo soy, estarán acercándose con mayor facilidad a sus objetivos (Yo soy millonario, Yo soy propietario de un auto nuevo, etc).

Por supuesto que si dicen estas palabras sin hacer el resto de los “deberes”, por el sólo hecho de decirlas no van a conseguir nada.

Siempre reitero lo mismo: Hay que saber utilizar la gramática, pero el primer paso después de pedir al Universo ese deseo específico, es ponerse en acción proponiéndose una meta a cumplir, sustentada en una voluntad perseverante.

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lunes, 16 de noviembre de 2009

LEY DE LA ATRACCIÓN - La esperanza

Con la ley de la atracción, tú sabes que lo primero que uno debe de hacer, es cambiar los paradigmas que hasta el momento se tenían arraigados fuertemente en nuestro subconsciente.

Es decir, debes empezar a ver la realidad desde otra perspectiva. Y a partir de ahí veras que, palabras que antes significaban algo, ahora tendrán una definición distinta y hasta opuesta a la anterior.

Ese es el caso de la “esperanza”. Y para entender la misma primero haré una clasificación de las personas, en cuanto a como éstas se sienten.

Y esa clasificación la voy a dividir en tres niveles:

· El que se considera fracasado
· El que se considera esperanzado
· El que se considera exitoso

Como verán la persona esperanzada la ubico en el medio de los dos extremos de la vida.
Ahora bien, ¿esto quiere decir que esta persona se encuentra en el medio del camino para llegar al éxito?. Pues no, si bien el que siente esperanza psicológicamente está mejor parado que el “fracasado”, los resultados finales para los dos no distan mucho de ser el mismo.

¿Porqué digo lo anterior?. Porque como la palabra lo indica, esperanzado es aquel que espera y como ustedes ya saben con la ley de la atracción, las cosas no se consiguen por esperarlas, sino por ir tras ellas, poniéndote metas y objetivos a cumplir, de menor a mayor, pero siempre con voluntad y perseverancia.

Sino sería lo mismo que estar montado en el mejor caballo del mundo, esperando que este nos lleve por el camino correcto. Por supuesto que es mejor estar sentado en un caballo que en un burro empacado, pero si no empezamos a galopar nosotros mismos, el caballo no sabrá a donde queremos ir.

Por lo tanto lo que quiero decir, es que nosotros mismos debemos tomar las riendas de nuestra vida y empezar a galopar mirando sólo para delante, sin quitar de vista nuestro objetivo.

Con tener esperanza no es suficiente, debemos ponernos en acción, sabiéndonos victoriosos de nuestro emprendimiento, independientemente de nuestro objetivo, ya que no necesariamente debe ser siempre el económico, a veces queremos progresar y obtener “victorias” en lo social, emocional, deportivo o en lo que ustedes quieran.

Ya lo he dicho en otro artículo, en la vida no hay personas fracasadas, sino aquellas que no se atreven a ganar, que no es lo mismo. Así que, ya es hora que tomes el caballo que mejor te guste y empieces a galopar, porque el camino de la vida es hermoso cuando se lo toma con firmeza y decisión.

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lunes, 9 de noviembre de 2009

LEY DE LA ATRACCION - Las emociones positivas

La ley de la atracción funciona, pero para que así suceda debe cumplirse indefectiblemente con una serie de pasos, y mantener en la mayoría de ellos una perseverancia inflexible.

La mayor parte de los autores dicen lo mismo, el ingrediente más importante es la emoción con que se pide al Universo ese “deseo”.

Sin embargo como en la mayoría de los casos, se quedan sólo en el enunciado, porque no explican con precisión como desarrollar dicha “emoción”.

El caso ejemplificador más común, principalmente para los hombres, es el deseo de tener un automóvil 0 Km. Ahí los autores te dicen que debes pensar en él con emoción, sentir que ya es tuyo, que lo estás manejando, ir a verlo, contemplarlo. Y uno hace eso y sin embargo en la gran mayoría de las personas no pasa nada.

¿Porqué sucede eso? O en todo caso la pregunta más correcta sería ¿Porqué no sucede nada?

En este ejemplo que indique y que los autores mencionan con más repetición, es fácil de entender a que se refieren con “emoción”.

Ahora bien, con un minuto o hasta sesenta minutos por día que uno esté pensando en dicho deseo con emoción, ¿será suficiente para que se materialice en este caso, ese auto que tanto deseamos?

Seguramente que influirá si tenemos más minutos de emoción durante el día, que sólo si pensamos en ello dos o tres minutos al día. Sin embargo con ello no es suficiente, o en todo caso que es lo que yo voy comprobando personalmente, no sólo hay que buscar la emoción directa, sino la emoción que nace como consecuencia de un plan determinado.

Y aquí vuelvo a recordar lo que he dicho en otros artículos, Dios desea lo mejor para todos nosotros y para ello nos entregó la ley de la atracción o como quieran llamarla, pero debemos hacer un esfuerzo por conseguirlo, no tanto físico sino más bien mental.

Porque de lo contrario Dios estaría formando larvas inútiles, que sentados en un sillón esperan que los millones les caigan del cielo. Si quieres que Dios te ayude debes hacer el trabajo mínimo que él te pide.

Y este trabajo es sencillamente ponerte metas programadas. En este caso relacionadas con este “pedido” del auto deseado.

¿Tu quieres el auto?. Pués bien aparte de pedir al Universo dicho deseo y de hacerlo con emoción, debes realizar el siguiente paso, que es proponerte alguna meta que te genere dinero para comprar dicho auto.

Ustedes dirán: Pero, ¿qué diferencia hay en esto con lo que normalmente las personas hacen racionalmente, ahorro de por medio, para conseguir lo que se proponen?.
Pues la diferencia radica en la “emoción” que ustedes pondrán en esa meta, que se complementa (emoción indirecta), con la emoción que aplicaron sobre el deseo de tener el automóvil 0 Km.

Entonces a medida que avanzan en la meta que se fijaron, verán como la emoción les nace naturalmente cada vez que avanzan un paso en la concreción de dicha meta. Porque saben que también se acercan a ese auto soñado.

Es como un círculo vicioso “positivo”, ante cada avance de la meta propuesta sentirán emoción, ante cada emoción volcada al Universo, se les facilitará proseguir ante el objetivo programado y así sucesivamente.

Y esa emoción a su vez crecerá más, cuando apliquen sobre dicha meta una perseverancia de hierro, que como he dicho, yo la llamo “perseverancia testaruda”.

Y en la medida que avancen en dicho objetivo, en la medida que pongan más emoción estarán permitiendo que el Universo se mueva de tal manera que les traiga ese auto, y tal vez de una forma impensada, incluso, que nada tenga que ver con la meta que se estaban imponiendo.

Porque lo importante no es tanto la meta en sí, sino la perseverancia, la emoción con que hagan cada cosa que se impongan en la vida.

Lo importante es demostrarle a Dios que no se rinden en ningún momento. Si el camino que tomaron al comienzo es el erróneo, pues deberán rectificarlo, pero siempre mirando para delante, e indefectiblemente Dios los guiará al final del mismo.

¿Tú deseas el auto 0 Km.? Pues que esperas para imponerte una meta, con perseverancia inflexible y acompañada de una emoción ante la concreción de cada pequeño paso que vayas realizando, porque en tú interior sabes que Dios te está llevando en andas para ayudarte.

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