lunes, 25 de enero de 2010

LEY DE LA ATRACCION - Su verdadero significado

Cuando uno comienza a leer sobre la ley de la atracción es fácil entender lo que se dice, sin embargo ya no es tan sencillo “comprender” lo que se quiere transmitir (por eso que la mayoría aplica todo lo que lee y después dicen abra cadabra y el “conejo” no aparece).

Es decir, es como si uno al principio cuando empieza a leer estuviera leyendo un texto en ucraniano y a medida que la lectura va aumentando en la cantidad, poco a poco algunas de esas mismas palabras se van traduciendo solas al castellano.

¿Se comprende lo que quiero decir?

Me estoy refiriendo a que cuando ya a pasado unos meses de absorber lecturas de decenas de libros y cientos de páginas sobre la ley de la atracción, es como si el mismo concepto que antes se leyó en otro libro, visto ahora con mayor experiencia se lo ve de otra forma y la comprensión que se obtiene ahora es distinta a la de su primer lectura, aun cuando las palabras siguen siendo las mismas.

Por eso muchos autores dicen que hay que leer los libros varias veces, porque con cada nueva lectura la sabiduría que contiene cada uno de ellos se va liberando en mayor cantidad.

Y llega un momento en que uno comprende el verdadero significado que trae consigo la ley de la atracción.

Es decir que va más allá de la definición propiamente dicha de atraer acontecimientos positivos o negativos a nuestras vidas en forma directamente proporcional a que tipo de pensamientos tengamos.

Es ahí que entonces se ve ese segundo significado que yo digo, ese significado que se encuentra más profundo, oculto a las lecturas que se inician, no porque se sea más o menos inteligente, el tema no pasa por ahí, sino porque todavía en ese punto de partida no llegamos a realizar ese cambio de pensamiento (del competitivo al creativo) que nos permitirá abrir nuestra mente a los nuevos conocimientos.

Por eso es que llega ese punto de inflexión cuando uno comprende que la ley de la atracción no es otra cosa que un instructivo de cómo interpretar las “sagradas escrituras”.

Es decir, uno se da cuenta que lo que realmente hay que aprender y que en definitiva es lo que enseña la Biblia es a tener Fé en Dios, quien es en definitiva el que nos concede nuestros deseos.

¿Y cómo nos concede los deseos?

Muy sencillo, con los milagros que Él crea.

Ahora bien, ¿porqué cuando pedimos algo pequeño Dios lo cumple y sin embargo a la mayoría nos pasa cuando recién nos iniciamos en el estudio de la ley de la atracción que al pedir cosas “grandes” Él no nos responde?.

La razón ya la he dicho, es el cambio de mentalidad. A diferencia de lo que creemos sentir cuando pedimos a Dios por un milagro pequeño, generalmente lo conseguimos porque erróneamente seguimos pensando con una mentalidad competitiva.

Lo anterior parece contradictorio, pero voy a ejemplificarlo para que se entienda con claridad.

Por ejemplo, casi con seguridad si le pedimos a Dios que nos ayude y al caminar nos haga encontrar una moneda de un peso, a muchos se les cumplirá el deseo. Sin embargo a casi todos los que le pidan a Dios que les hagan encontrar 1.000.0000 de pesos, seguramente no obtendrán el mismo resultado que cuando deseaban un peso.

¿Qué les hace recordar esto? Que con las pequeñas cosas la ley de la atracción funciona, sin embargo por más que creamos en ella, con las “grandes” cosas no podemos hacerla funcionar.

¿Dónde radica entonces el error que estamos cometiendo?

Aquí vuelvo a reiterar el concepto del cambio de mentalidad. Con la ley de la atracción no hay puntos intermedios, o se piensa con una mente creativa durante el 100% del tiempo o de lo contrario seguiremos contando centavos en vez de fajos de miles de dólares.

Ahora el tema es no sólo no cometer dicho error conscientemente sino evitar que suceda también inconscientemente.

Para entender esto último primero voy a explicar como debemos entender los “milagros” con que Dios cumple nuestros deseos.

La regla número uno y la única es que los milagros no tienen grados o categorías distintas, todos pero absolutamente todos tienen el mismo valor porque proceden de Dios, y Dios tiene el poder de ejecutar el milagro que sea.

Entonces ahí radica nuestro error y generalmente inconsciente, de creer que a Dios (vuelvo al ejemplo) le es más fácil hacernos encontrar un peso que un millón de pesos.

Y lo anterior sucede porque si bien por un lado aplicamos la mente creativa (tener Fé) por otro lado todavía nos queda rezagos de la mente competitiva, donde creemos que la casualidad le está ayudando a Dios a cumplir con el milagro.

Es decir, Dios no busca la casualidad de que justo un minuto antes pase por nuestro camino alguien con el bolsillo roto para que se le caiga la moneda. La forma no se sabe ni hay que intentar adivinarlo, porque lo único que se logra con ello es atentar contra nuestro pedido, pero Dios nos concederá el deseo simplemente si tenemos Fé en su grandeza, no importa se pedimos un peso o un millón de pesos.

Y aquí relaciono este artículo con el anterior que escribí sobre “La vista del águila”. Debemos dejar de ver la “realidad” con nuestro ego (mirada terrenal), para pasar a verla con nuestro espíritu. Y por lo tanto tener la seguridad total que Dios nos concederá cualquier cosa que no perjudique a otra persona sin importar cuan grande sea, porque los milagros dependen de Él totalmente.

Por eso digo que hay que tener una mentalidad creativa durante el 100% del tiempo. Cuando uno realmente aprende a ejecutar correctamente la ley de la atracción, sabe que no es necesario pedir de más para ahorrar parte para el futuro.

Si tenemos pensamientos competitivos, tenderemos a ahorrar para cuando nos falte (el temor del ego), sin embargo con una mente absolutamente creativa, sabremos que pediremos lo que necesitamos, porque Dios o el Universo siempre nos concederá lo que nos haga falta, ya que esa es la forma con que nos creó Dios, nos dio el poder de “crear” para atraer todo lo que nos haga falta.

Por lo tanto cuando aprendamos a tener siempre una mente creativa dejaremos de lado el “temor” (por no conseguir, por perder, etc, etc,) que es en definitiva el único enemigo de la Fé. Ya que si no tenemos temor nuestra Fé crecerá y la concreción de los milagros será un hecho.

Concluyendo estos conceptos, debemos aprender que el cambio principal de nuestra mentalidad es aprender a reconocer que los “milagros” nos son la excepción en nuestra vida, sino la regla.

Lo que quiero hacer entender con lo expresado en el párrafo anterior, es que con la mente creativa nuestra vida se mueve continuamente para conseguir lo que deseamos de milagro en milagro, como algo totalmente natural.

Ese es el cambio mental más importante de todos, no creer que los milagros son algo sobrenatural y reservado sólo para los Santos o iluminados.

Los milagros les pertenecen por naturaleza a todos y se les concederán por regla a todos, en la medida en que aprendamos cual es el procedimiento correcto.

En definitiva todo esto lleva un aprendizaje en el cual yo mismo los estoy acompañando y mi objetivo mientras voy aprendiendo, es ejemplificar en la forma más práctica los conceptos de la ley de la atracción.

Si deseas saber más sobre la ley de la Atracción y acceder a un directorio con los mejores enlaces de libros y artículos que tratan sobre la Ley de la Atracción y la Física Cuántica puedes ingresar gratis en http://secretoalexito.jimdo.com/

Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

lunes, 18 de enero de 2010

LEY DE LA ATRACCION - La vista del águila

Cuando me refiero a la vista del águila, no estoy diciendo otra cosa que mirar al mundo con la vista de nuestro Espíritu.

Es decir, mirar nuestro caminar sobre el mundo desde una perspectiva amplia, no sólo por la visión que nos permite (el águila) sino que además abarca y “domina” todo (el espíritu), porque éste como tal, usándolo con la mente “creativa” podemos dominar nuestro propio mundo consiguiendo lo que deseamos.

Al mirar desde “arriba” nuestra vida, estamos separando nuestro pensamiento producido por nuestro ego, el que nos ata a la tierra haciéndonos competir con nuestros semejantes.

Y por contraposición aprendemos a mirar la vida con nuestro espíritu, el cual se materializa con nuestra mente creativa, mirando a todos los que ocupan el mundo simplemente como aquellos que nos acompañan en nuestro camino, ya que nuestro objetivo (al manejarnos con nuestro espíritu y no con nuestro ego) es competir contra nosotros mismos, queriendo ser cada día mejores que el anterior.

Obviamente que todo esto implica un cambio radical de pensamiento (del competitivo al creativo), el cual no es fácil porque la mayoría de los que emprendemos el estudio de la Ley de la atracción hace 30 ó 40 años que venimos pensando firmemente de la forma equivocada.

¿Ahora bien, cómo cambiamos esta forma de pensar?

El ego que no fue creado por Dios, sino por nuestra propia mente se alimenta del temor, y ante ello siempre esta a la defensiva contra todo el entorno.

Por eso siempre competimos con el prójimo y no estoy hablando de un partido deportivo o con un compañero por el puesto vacante de supervisor, sino con aquel que tenemos al lado o no y que queremos ser mejor que él, mostrándole que tenemos una mejor casa, un mejor auto o una mejor campera.

Es decir que a causa de nuestro ego queremos ser superiores al otro, para contrarrestar ese temor que alimenta continuamente al ego. De tal forma que al hacernos creer a nosotros mismos que somos más que aquel, nuestro temor desaparece en ese momento o se reduce.

Entonces como resumen vemos:

1º) Tenemos un ego que erróneamente creemos que nos hace triunfar en la vida.

2º) El ego se alimenta del temor.

¿Y en definitiva qué consecuencia es lo que produce el temor?

Pues el temor evita que el Espíritu Santo intervenga cumpliendo nuestro deseo, ya que el mismo (subconsciente) es quien intercede entre nuestra conciencia y Dios (supraconsciente).

Y aquí es donde se materializa ese “cambio de pensamiento” del que hablo más arriba. No compitiendo con los demás y sacándonos el temor que nuestro ego nos hace creer que tenemos.

¿Y cómo se logra lo anterior?

Contraponiendo al temor el amor, el amor a Dios (por Él mismo y a través del amor que ofrecemos a nuestros semejantes) sabiendo que Dios nos dará todo lo que pedimos y que nos corresponde, porque al brindarle amor no estamos haciendo otra cosa que teniendo Fé en Él.

Cuando digo amor me refiero al sentimiento de desearle al otro lo mejor, aun cuando esa persona no sea “buena” y hasta incluso nos haya hecho algo malo. No quiero decir con esto que vayan y le den una palmada en la espalda, sino sólo con su propio espíritu desearles (darle amor) lo mejor para él o élla.

Para que entiendan esto les voy a dar un ejemplo (siempre trato de materializar estas enseñanzas que aprendo de otros autores consagrados, por medio de mis propias experiencias prácticas).

Hace unos meses atrás pasé por afuera de una oficina de un “colega”, la cual recién la había inaugurado (la misma estaba preciosa y con buen gusto). Ante ello y sabiendo que su titular en el pasado no se había comportado profesionalmente en forma correcta conmigo, yo podría haber actuado con envidia y deseándole lo peor. Sin embargo actuando como la Ley de la Atracción dice, le desee interiormente lo mejor.

Luego de esto, a los dos o tres días vino a mí oficina (tengo una inmobiliaria) una cliente a la que unas semanas atrás le había mostrado para comprar un departamento, y que en ese momento no se había convencido para comprarlo.

Cuando esta mujer se sentó en mí escritorio delante de mí, me comentó que mientras charlaba en la oficina de este “colega” del que hablo más arriba, vio sobre su escritorio el diario de avisos de ese mismo día, donde le llamó la atención un aviso que yo había publicado de ese departamento que a ella anteriormente no la había convencido; sin embargo lo que decía ese aviso le cambio el sentimiento por el mismo.

¿Por lo tanto cómo terminó esta historia?

Pues ese mismo día fue nuevamente a ver ese departamento y ahora sí lo compró.

Es decir en la oficina de la persona que yo le desee el bien, aún cuando ésta en el pasado me había perjudicado, trajo como consecuencia, que en esa misma oficina esta mujer se decidiese por la compra que antes había descartado.

Algunos (lo que no creen en la ley de la atracción) dirán que es casualidad, pero para los que saben el “secreto” en la ley de la atracción no hay coincidencias o casualidades, son todas consecuencias de nuestros actos y pensamientos.

Entonces resumiendo esto último nos queda:

3º) El tener temor (de que deje de pasar tal cosa o que pase algo malo) evita que el Espíritu Santo (el subcosciente) interceda para transformar nuestro deseo en realidad.

4º) El temor se lo anula contraponiendo el amor (hacia otro semejante o hacia Dios mismo confiando en Él por medio de la Fé que depositamos en el mismo).

Ahora vemos que la forma de pensar y actuar correctamente es dejando de lado el temor y procurando fijarse únicamente en uno mismo, guardándonos las críticas para nosotros, para mejorar cada día y dejando las alabanzas para los demás, acompañando esto del deseo interior de desearles el bien a quien tenemos adelante, incluso a nuestra “competencia” porque esto redundará por “reacción” en mayor bienestar para nosotros mismos.

Concluyendo, esa mirada de águila nos tiene que enseñar que debemos dejar de lado nuestro ego, actuando con humildad y empezar a ver a nuestros semejantes con una mirada de nuestro propio Espíritu.

Es hora ya de que dejemos de ver el árbol y empecemos a mirar el bosque.

Si deseas saber más sobre la ley de la Atracción y acceder a un directorio con los mejores enlaces de libros y artículos que tratan sobre la Ley de la Atracción y la Física Cuántica puedes ingresar gratis en http://secretoalexito.jimdo.com/

Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

martes, 12 de enero de 2010

LEY DE LA ATRACCION - El desapego

Yo soy un estudiante de le Ley de la Atracción y como tal voy trasmitiendo sus conceptos, en la medida que leyendo a otros autores, voy verificando con mis propias experiencias la verdad de sus preceptos. Tratando con mis propias palabras de clarificar y dar ejemplos prácticos de su funcionamiento, de lo contrario sería repetir como loro los que otros dicen.

Y en el caso del desapego hasta ahora no había podido todavía comprender su real significado.

El desapego es el último paso en el procedimiento mágico de la Ley de la Atracción. Implica que una vez que hayamos pedido al Universo nuestro deseo, nos desentendamos de él y dejemos de pensar en el mismo en la confianza de que se realizará.

Ahora, como le sucede a la mayoría y yo no fuí la excepción, su concepto era contradictorio. Porque por un lado se nos dice que debemos pedir por ese deseo, pensar constantemente en el mismo con emoción, dibujarlo, escribirlo, hacer afirmaciones, etc, etc, etc.. Y por otro lado se nos trasmite que debemos olvidarnos del mismo deseo.

Pués ahora que lo entiendo debo decirles que las dos cosas son ciertas y no se contradicen.

Es decir al principio debemos ser perseverantes y estar encima de nuestro deseo de las formas que enumeré más arriba, pero llegado a un punto debemos ejercer el desapego, pero para que éste funcione debemos entender su real significado.

Cuando uno dice que se desapega de un hecho o acción, lo que se esta expresando no es que uno se olvida o se lo borra de la mente porque sí, lo que se quiere transmitir es que llegado ese momento uno como creyente se olvida de ese deseo dejándolo en manos Dios, es decir ejercemos nuestra Fé en la confianza de hierro de que Dios se encargará de su cumplimiento.

O sea que al emplear el desapego estamos dejando de lado el temor de no conseguirlo, reemplazándolo por la Fé, Fé en que Dios cumplirá con lo que pedimos y si no lo hace, no nos desanimaremos, porque sabremos que nos estará procurando un premio mayor al que habíamos solicitado.

Y lo anterior lo comprendí hace dos semanas con el relato de la siguiente vivencia:

Hace dos años que no me tomo vacaciones con mi familia, a causa de que el auto que tenía, modelo 98, cuando no era una pavada era otra y cada tanto me dejaba en la calle (la que se solucionaba rápido, pero perdía el día llevándolo al electricista o mecánico).

Entonces no podía salir a la ruta porque el auto no me brindaba la confianza de que respondiese sin dejarme varado en plenas vacaciones.

Así fue que empecé a buscar un 0 KM por internet, mirando de acuerdo al rango de inversión que quería hacer en las Web de distintas marcas, hasta que me decidí por dos modelos de distintas fábricas.

Luego fui a ambas concesionarias para ver en detalle los autos y el último precio que me daban por cada uno de ellos y me decidí por uno. La operación la debía realizar rápido sino perdía la bonificación que ofrecían por ventas de fin de año.

Así que me decidí y publiqué un aviso en una revista que salía el domingo 27 de diciembre de 2009. Aviso que yo no podía atender hasta el lunes porque había puesto el teléfono de mi oficina.

Ante esto yo tenía una disyuntiva: Si no quería perder la bonificación de $ 2.000, tenía que malvender el auto en $ 5.000 menos del valor que yo consideraba que era el justo y que era lo que me descontaban las concesionarias si me lo tomaban en parte de pago, o en su defecto pedir a algún Banco dinero prestado hasta que vendiera el auto.

Entonces ahí aprendí lo que es aplicar el desapego. Ese mismo domingo cuando fui a disfrutar un día de playa y nos bajamos del auto me dije (sin saber que podía ocurrir el lunes cuando fuese a mi oficina), si pido un préstamo voy a estar demostrando temor al cumplimiento de mi deseo (vender rápido el auto), entonces despreocupándome deje con Fé su decisión a Dios.

Al día siguiente (lunes 28) me llamó a la mañana por el aviso una sola persona, la que a la tarde se apareció con su mecánico de confianza.

Miraron el auto con los detalles de chapa y pintura a la vista, escucharon el ruido del motor (sonaba silencioso aún siendo gasolero, porque le había hecho el motor hacía dos años) y sin hacerlo rodar ni revisar nada más decidieron comprarlo.

Incluso les hice ver antes porque no se habían dado cuenta, que tenían que hacerle el embriague y que la calefacción no andaba porque probablemente tenía pinchado el radiador (es decir en ves de mostrarles las bondades les detallé los defectos, porque con la ley de la atracción si queremos que nos responda bien, no podemos andar engañando a la gente).

Así fue que al otro día (martes 29 de diciembre de 2009, antes de fin de año como era mi deseo) le estaba vendiendo a este hombre el auto, entregándole el mismo contra el pago total, brindándome su total confianza, ya que no revisó si el número de motor se correspondía con el título de dominio, ni ninguna de las verificaciones que se hacen para descartar una estafa.

Es decir la única persona que vino me compró el auto en el valor que yo quería, y en un sólo día ya tenía todo el dinero cobrado.

Hoy 12 de enero de 2010 me entregaron mi primer auto 0 KM.

Si bien el dinero con el que lo compré no me cayó del cielo, sino que fue el resultado de arduos años de ahorro (productos de una mente competitiva), sí pude vender mi anterior auto en un sólo día, al aprender como se aplica el desapego (producto esto sí, de una mente creativa).

Si deseas saber más sobre la ley de la Atracción y acceder a un directorio con los mejores enlaces de libros y artículos que tratan sobre la Ley de la Atracción y la Física Cuántica puedes ingresar gratis en http://secretoalexito.jimdo.com/
Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.

lunes, 4 de enero de 2010

LEY DE LA ATRACCION - Apuntar alto

Por favor a no malinterpretar el título de este artículo, porque en toda la ley de la atracción el objetivo número uno es que cada uno de nosotros no sólo deseemos, sino que estemos creídos realmente que cada día podemos ser mejores que el día anterior y que no hay nada que no podamos conseguir, sustentado siempre en la Fé (sin que ello implique perjudicar al prójimo).

Entonces como decía, el apuntar alto no implica que tengamos que ser soberbios con los demás y que nos la creamos, es más, cuando con mayor humildad actuemos más fácil conseguiremos lo que pretendemos.

Cuando digo que hay que apuntar alto, quiero graficar que debemos en todo lo que emprendamos, buscar siempre el “premio mayor”, aun cuando creamos que este está lejos, porque como he dicho sucesivamente en otros artículos, el secreto no está en la victoria inmediata, sino en la perseverancia que ponemos tras las sucesivas derrotas hasta llegar a la victoria que por derecho divino nos pertenece.

Apuntar alto implica también siempre querer dar medio paso más del que consideramos que estamos en condiciones de dar. Porque esa mentalidad hará que como imanes atraigamos las acciones positivas hacia nosotros.

Es decir si apuntamos alto (aun cuando en el camino tengamos tropiezos) indefectiblemente terminaremos más arriba. En cambio si limitamos nuestras acciones por temor a no poder llegar, cada vez apuntaremos más abajo y lo único que lograremos será atraer más limitaciones a nuestra vida.

Es como el corredor de maratón que se dice así mismo, ya no doy más, no puedo dar un paso más porque estoy agotado. Sin embargo por más agotado que estés y antes de caer rendido deberás dar medio paso más, porque aunque caigas abatido en esa carrera, ese medio paso más implica el combustible que alimentará tu espíritu para la próxima batalla y de esa forma sabrás que siempre podrás dar otro medio paso aunque te sientas agotado mentalmente.

Por supuesto que no hay que hacer de entrada ni físicamente ni materialmente lo que dicen los libros, sin antes haber purificado primero tu mente de esas limitaciones que te fueron llenando la cabeza por 30 o 40 años.

Porque de lo contrario si hacemos enseguida lo que los autores expresan, que debemos considerarnos que somos millonarios aún cuando en la realidad no lo somos, para con una mentalidad positiva atraigamos las riquezas, y que una forma de hacerlo es gastando dinero sin tener temor a no poder recuperarlo, lo único que lograrán puedo asegurarles, es que la casi totalidad de las personas que hagan esto se encontraran a fin de mes que se quedaron sin ahorros y más deprimidos que antes.

¿Porqué sucede lo anterior?

Por un lado por lo que dije primero, que debemos limpiar nuestra mente de esos pensamientos limitantes y negativos arraigados en nuestro subconsciente y que ni nos imaginamos que tenemos y por otro lado, porque por más que leamos, creamos y entendamos sobre la ley de la atracción, esto no será suficiente, ya que en realidad lo que debemos hacer es “comprender” su funcionamiento y esto no se logra sólo con todas las intenciones o acciones anteriores.

Lo anterior lleva un proceso lento de lectura y aprendizaje, aplicando sus preceptos de menor a mayor para ir comprendiendo poco a poco su real significado, porque de lo contrario al querer subir varios escalones a la vez, lo único que lograremos será caernos hasta el principio de donde estábamos o incluso más abajo y encima quedar doloridos y lastimados.

Por ello cuando uno quiere comprar una casa, un auto o simplemente una camisa, termina gustándole aquella que vale un poco más y finaliza comprando esa “mercadería” que no pensaba hacerlo.

Si se ponen a analizar lo anterior, muchos lo habrán hecho y si lo ven fríamente verán que en la mayoría de los casos compraron cosas invirtiendo un 10% más de lo que consideraban en ese momento que era lo adecuado (“medio paso más”).

Y eso esta bien porque hace que siempre apuntemos más arriba (claro que no hay poner a todos en la misma bolsa, porque están los que son compradores compulsivos y en ese caso sus acciones de nada sirven, porque no lo motivan una mentalidad “creativa” sino enfermiza).

Por supuesto todo esto si no lo aplicaron antes y desean hacerlo ahora deben saber primero si están preparados para hacerlo, conociendo mejor el funcionamiento de la ley de la atracción, por lo tanto hasta que sepan con seguridad que llegó dicho momento, será conveniente que no hagan ninguna acción sin consultar primero al profesional de la disciplina sobre la cual quieren actuar (para saber si están preparados para dar ese paso financiero, físico o del que fuere en ese momento).

Entonces recuerda, apunta siempre alto y terminarás en la cima, confórmate sólo con lo necesario y nunca saldrás de la llanura.

Si deseas saber más sobre la ley de la Atracción y acceder a un directorio con los mejores enlaces de libros y artículos que tratan sobre la Ley de la Atracción y la Física Cuántica puedes ingresar gratis en http://secretoalexito.jimdo.com/

Desde Mar del Plata, Argentina, hacia todo el mundo, Walter Daniel Genga.